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¿Quién se ha llevado mi queso?

¿Quién se ha llevado mi queso? PDF

En ¿Quién se ha llevado mi queso? Resumen, el autor, intenta darnos una explicación de cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio.

Una de las cosas más difíciles que debemos enfrentar en la vida es el cambio. Y, a pesar de eso, los cambios no dejan de ocurrir. Entonces, ¿cómo salir de tu zona de confort y lidiar con ellos?

“¿Quién se ha llevado mi queso?” es una breve fábula empresarial y motivacional donde su autor, Spencer Johnson, intenta responder esa pregunta de una forma atemporal.

Lee ¿Quién se ha llevado mi queso? Resumen y comprueba si realmente consigue hacerlo.

¿Quién debería leer “¿Quién se ha llevado mi queso?”? ¿Y por qué?

Si ya habías llegado al mundo en 1998 cuando “¿Quién se ha llevado mi queso?” fue publicado, probablemente recuerdas el fenómeno mundial que generó. Todas las empresas tenían por lo menos diez copias del libro y, las que no, solo estaban esperando la próxima edición para adquirirlas.

El resultado: “¿Quién se ha llevado mi queso?” permaneció como un best seller del New York Times por cinco años, vendió casi 30 millones de copias ¡y fue traducido a más de 40 idiomas!

En otras palabras, estamos seguros de que ya leíste este libro.

Este resumen es para aquellos pocos que todavía no lo hicieron.

Acerca de Spencer Johnson

Spencer Johnson fue un escritor y psicólogo estadounidense. Nació el 24 de noviembre de 1938 en Watertown, Dakota del Sur. Sus libros, principalmente infantiles y fábulas empresariales, tuvieron gran éxito. Falleció el 3 de julio de 2017, a los 78 años.

Además de “¿Quién se ha llevado mi queso?”, Johnson es famoso por su contribución a la serie de libros “Value Tales” y por su colaboración con Kenneth Blanchard en “El Nuevo Mánager al Minuto”.

Resumen del Libro

Había una vez dos ratoncitos y dos hombrecillos que vivían en un laberinto. Estos cuatro personajes dependían del queso para alimentarse y ser felices. Como habían encontrado una habitación repleta de queso, vivieron durante un tiempo muy contento. Pero un buen día el queso desapareció…

Esta fábula simple e ingeniosa puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida. Con palabras y ejemplos comprensibles, incluso para un niño, nos enseña que todo cambia, y que las fórmulas que sirvieron en su momento pueden quedar obsoletas.

Esta obra de ficción cuenta, en realidad, una historia dentro de otra.

En otras palabras, la narrativa principal forma parte de otra narrativa que funciona como marco.

En el caso de “¿Quién se ha llevado mi queso?”, la historia marco se divide entre el Prólogo y el Epílogo.

El prólogo presenta una escena: un grupo de amigos de la escuela secundaria discutían sobre cómo estaban lidiando con los cambios. Uno de ellos, llamado Michael, comentó que él no sabía qué hacer hasta que escuchó “una historia divertida que cambió todo”.

Por supuesto, todos se interesaron por la historia. Entonces, Michael reveló su título: “¿Quién se ha llevado mi queso?”. Y ahí es cuando la segunda historia comienza.

Esta, a diferencia de la anterior, es una parábola que presenta cuatro versiones alegóricas del “yo”.

Pero ya llegaremos a eso, en la sección de “Lecciones clave”.

Lo mejor es que primero contemos la historia. Es breve, memorable y efectiva.

¿Quién se ha llevado mi queso?: La historia

El libro narra el día a día de dos ratones, Fisgón y Escurridizo, que viven en un laberinto junto con dos enanos, Kif y Kof. Al principio, ninguno de los dúos tienen queso, alimento del que dependen para ser felices, pero ambos tienen la voluntad y dedicación para encontrarlo.

Entonces, se ponen manos a la obra. Corren alrededor del laberinto hasta que, finalmente, ambos grupos llegan a la “Estación de Queso C”: un paraíso para nuestros personajes.

En ese lugar existe un amplio depósito de queso, lo suficiente para alimentar a los cuatro por un largo período de tiempo.

Los ratones, guiados por su instinto, no piensan acerca del futuro. Corren todos los días desde su casa hasta la Estación, actuando como si el queso se fuese a acabar. Los humanos, en cambio, están más relajados y establecen ciertas rutinas.

Como saben que el queso dará a basto por un tiempo, cometen el error de mantenerse en su zona de confort y hasta volverse un poco arrogantes en el proceso.

Pero un día, el queso acabó.

Fisgón y Escurridizo, preparados para tal momento, comienzan a buscar otro depósito casi inmediatamente. Kif y Kof, todo lo contrario.

Una vez más, actúan de una manera muy humana, preocupándose en lugar de hacer algo al respecto.

Culpan a cualquiera menos a sí mismos por su desgracia. Kif, incluso, toma una postura de negación. En un momento, llega a exclamar “¿Quién se ha llevado mi queso?”. Como si fuese solo suyo.

Sintiendo que el mundo estaba siendo injusto con él, Kif no quiere salir a buscar más queso. Kof intenta motivarlo, pero no lo consigue.

Mientras tanto, Fisgón y Escurridizo descubren la “Estación de Queso N”, otro gran depósito de su comida favorita.

Kof parece ser el único capaz de seguirlos. Un día, deja de tomar la situación de forma dramática. “No es un cataclismo”, piensa. “Es apenas un nuevo comienzo”.

Entonces, decide avanzar. Para inspirar a su amigo, escribe un mensaje provocador en la pared de la Estación de Queso C: “Si no cambias, te puedes extinguir”.

Luego, Kof se embarca en su nueva travesía.

Aunque, sin olvidarse de su amigo, va dejando un rastro de mensajes en las paredes tras su paso, al que Johnson llama “Las escrituras en la pared”. Además de motivar a Kif, los mensajes sirven para clarificar los pensamientos de Kof.

Un día, Kof llega a la Estación de Queso N y encuentra un depósito de queso aún mayor que el de la Estación C. Incluso algunos son más deliciosos y exóticos que los anteriores.

Kof quiere compartir este queso con su amigo, pero decide dejar que encuentre el camino por su cuenta.

Aprendiendo de su experiencia previa, Kof explora otros caminos del laberinto constantemente, temiendo que el queso que acaba de encontrar también desaparezca.

Hasta que un día, Kof escucha movimientos cerca suyo.

Y, a medida que los pasos se acercan, espera que sean de su amigo Kif.

Quizás, finalmente, él también haya encontrado su camino.

Lecciones clave de “¿Quién se ha llevado mi queso?”

1.      ¿Porque escribimos parábolas?
2.      Cuatro Tipos de Personajes
3.      Las escrituras en la Pared

¿Por qué escribimos parábolas?

En pocas palabras, una parábola es una historia simple con una moraleja.

Intenta impartir conocimientos importantes a través de una metáfora. Una buena manera de entender por qué “¿Quién se ha llevado mi queso?” es una alegoría es pensar cómo lo leerías si uno de los cuatro personajes tuviera tu nombre y descripción.

Probablemente estarías en un estado de negación como Kif, dejando en claro que tú no actuarías así.

No te preocupes. Es una reacción normal.

Por eso tenemos parábolas y fábulas. Cuando las historias son sobre ratones y enanos, todos podemos sentirnos un poco identificados con ellas.

Y así es como cualquier historia breve y divertida puede convertirse en un best seller.

Un gran mensaje sobre este tema está en las palabras del escritor escocés A. J. Cronin:

La vida no es ningún pasillo recto y fácil que recorremos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasadizos, en el que tenemos que buscar nuestro camino, perdidos y confusos, detenidos, de vez en cuando, por un callejón sin salida”.

“Pero, si tenemos fe, siempre se abre una puerta ante nosotros; quizá no sea la que imaginamos, pero sí será, finalmente, la que demuestre ser buena para nosotros“.

Cuatro tipos de personajes

Algunas ediciones de “¿Quién se ha llevado mi queso?” incluyen una introducción corta donde describen cada uno de los personajes.

El autor dice que representan “las partes simples y complejas de nosotros mismos” y que todos podemos ser uno de los personajes, o una combinación de más de uno.

Fisgón es el que huele los desafíos incluso antes de que aparezcan. Es proactivo y siempre está un paso adelante.

Escurridizo es el que se escurre dentro de la acción en el momento en que es llamado. Tampoco tiene una actitud pasiva y sabe que el cambio llegará inevitablemente. Entonces, busca estar preparado.

Kof es el que aprende a adaptarse cuando entiende que el cambio puede llevar a algo mejor. Está un paso atrás, pero se mueve hacia adelante de igual forma.

Finalmente, Kif es el que niega la necesidad de un cambio. Se resiste a las transformaciones de cualquier tipo, creyendo que el status quo es el estado ideal del sistema.

Él es el que será dejado atrás.

Las escrituras en la Pared

Los mensajes que Kof deja para Kif en las paredes son, claramente, dirigidos a los lectores.

¡Prestarles atención!

Pueden enseñarte que los cambios son inevitables y cómo debes adaptarte a ellos, dejando todos tus miedos atrás.

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Frases de “¿Quién se ha llevado mi queso?”

Si no cambias, te puedes extinguir. Clic para tuitear ¿Qué harías si no tuvieras miedo? Clic para tuitear Cuando dejas de tener miedo, ¡te sientes bien! Clic para tuitear Percibir con rapidez los cambios pequeños te ayuda a adaptarte a los grandes cambios que están por venir. Clic para tuitear ¡Prepárate para cambiar rápido y disfrutarlo una y otra vez! Clic para tuitear
¿Quién se ha llevado mi queso? Resumen

Nuestro análisis crítico

“¿Quién se ha llevado mi queso?” no es mucho más que lo descrito en este resumen. Cuando lo piensas, parece que no tiene mucho más para decir. El prólogo y el epílogo son superficiales, y la historia principal hasta podría contarse en un texto menor.

Sabemos que se trata de un clásico, pero sentimos que no envejeció muy bien. Existen algunos huecos en la parábola, que ni siquiera es tan completa. Porque, dejando fuera la historia en sí, su moraleja es bastante simple.

Ya lo cantó David Bowie en sus últimos años: “Ch-ch-ch-ch-changes, turn and face the strange…”.

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